Madre
querida,
odiada,
perseguida
por todos los rincones
de la memoria,
madre árbol
de la que soy
una yema,
madre
tierra
de la que soy
un pedazo,
madre cuerpo
de la que soy
un desgarro,
madre
carne
de la que soy
una carne,
madre
hija
de la que soy
una madre,
madre
del río de sangre
que nos conecta,
madre
del alma profunda
que nos contiene,
madre
entraña caliente
de mis entrañas,
madre
del hondo misterio
que nos conforma,
madre mía,
más allá de la pena,
más allá de lo frio,
más allá de la herida,
más allá de la muerte y el abismo.
Madre,
madre querida,
deseada,
amada
desde el centro de lo oscuro.
Llegó la hora,
madre.
A.S.
